Son tantas las palabras significativas que ocupan el libro de términos empleados en nuestro trabajo y en nuestra vida personal que no les damos la importancia que se merecen para convertirse en un pilar esencial de nuestros comportamientos y acciones. Algunas de estas palabras, de hecho, pierden hasta su significado, convirtiéndose en una palabra con tantas versiones que es incapaz de encontrarse a sí misma. Muchas de ellas como calidad, innovación, democracia, libertad, enseñar… han ocupado una parte importante de las narrativas sin importar siquiera el lugar del que proceden; muchas de ellas ya no sabemos siquiera a qué se refieren.
Talento aparece siempre en las conversaciones cuando relacionamos los términos personas y empresas u organizaciones. Talento es quizá una de las palabras más importantes, y lo es probablemente por muchas causas a la vez: la tendencia a la baja de la tasa de natalidad y sus futuras consecuencias, las salidas por jubilaciones que se están dando y se darán en los próximos años, con necesidades concretas de muchas empresas de tener no ya personal cualificado, sino simplemente personal, también con esas y esos jóvenes que emprenden camino fuera de nuestras fronteras para vivir nuevas experiencias y, por tanto, alejan “su talento” de su espacio natal y uno de los objetivos es que “vuelvan a casa por Navidad”. Talento tiene que ver con riqueza salarial, con valor añadido, con capacidades; talento tiene que ver con aprendizajes y enseñanzas, con descubrir ese ámbito personal para que pueda desarrollar en su futuro todas sus capacidades. Bendito talento.
Talento tiene que ver también con nuestro campo de la artesanía. En todos los posts de este espacio ha quedado patente que una de nuestras señas de identidad tiene que ver con el “trabajar con personas”, no solo “para”. Es nuestro primer punto de la declaración, con lo que queda más que demostrado que nuestro compromiso va más allá de un proyecto personalizado, de un método compartido y de una metodología conjunta para que, con visión práctica, podamos proponer soluciones que puedan tener impacto y cambio.
“Con las personas” no significa reuniones y talleres. No nos quedemos en este nimio detalle, importante sin duda en nuestra manera de trabajar, sino también con cómo debemos gestionar estos equipos con los que trabajamos para llegar, y digamos que acompañar, en su trayectoria, mientras este se encuentra en marcha. “Con las personas” es una manera abierta de entender las relaciones, igual que entender que nuestra visión y nuestras intenciones tienen que ver con alinear estos puntos de vista en un beneficio común, en una solución de la que toda persona se sienta coprotagonista de la misma, lo que la convierte sin duda en una esperanza para la correcta y eficaz puesta en marcha de las soluciones aportadas.
Hablo de talento porque parte de una reflexión muy personal en mi caso: conforme caminamos con nuestras organizaciones y sobre todo con sus personas, a lo largo del tiempo en la reflexión y acción en nuestros diferentes ámbitos de la consultoría artesana, deberíamos comprobar cómo esta manera de enfocar nuestras miradas puede irse asentando en las personas precisamente bajo esta mirada conjunta. Nadie, ni usted ni yo, somos iguales que hace cinco, diez años, porque somos una suma de variadas vivencias que hemos añadido a nuestro bagaje profesional. Una manera de entender, una manera de hacer en la que las personas somos el centro desde el que emana el trabajo a desarrollar, debería enriquecernos a nosotr=s mism=s tanto como a las propias personas de cada organización con la que trabajemos, sea del tamaño que sea. En este compromiso que mantenemos con la participación, con la reflexión conjunta, con las diversas miradas que se suman a las experiencias vividas, con esta manera “hacia la persona”, quiero entender que ese talento de cada persona puede desarrollarse conforme trabajamos en el día a día.
¿Queremos que nuestr=s clientes aprendan junto a nosotr=s? ¿Queremos que se lleven esta manera de trabajar que les permita desarrollarse a sí mism=s en el futuro, aun no estando nosotr=s presentes? No quiero pecar de presuntuoso, de afirmar que nuestra consultoría artesana tenga que lidiar con esta mirada desde el talento, pero sí entiendo que nuestras maneras prácticas de hacer, nuestras señas de identidad y nuestros valores dejan un poso que puede ayudar a que cada talento se desarrolle, más allá de nuestro impacto.
Escribí hace unos meses sobre esta manera de trabajar en nuestras generaciones futuras, y sigo creyendo que abrimos un terreno interesante donde el talento tiene que evolucionar conforme evolucionamos en nuestra vida profesional, y conforme vamos teniendo experiencias prácticas con personas de nuestra red, de nuestro entorno. Estar rodeado de conocimiento diverso, de experiencias y otras vivencias profesionales, estar experimentando sobre nuevas y diferentes maneras de abordar los mismos problemas, hace que evolucionemos también como profesionales en nuestro día a día. Quizá sea un esfuerzo en el que no hemos recaído; quizá, creo que sí, merezca la pena hacer que ese talento que existe en muchas personas, y organizaciones, evolucione conforme mantenemos una relación personal y profesional desde la artesanía, para así hacer que nuestros trabajos, todos, puedan ser positivos y especiales espacios de desarrollo.
Sí, ya escribí sobre talento y artesanía en 2021, pero el tema continúa siendo relevante.
La imagen destacada es de The Midnight Velada en Flickr.
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