Lunes de invierno. Pies helados y cutis estirado por efectos del viento. Ocho de la mañana. Con dosis de cafeína en el cuerpo que aún no han hecho su efecto. Así es como muchas veces afronto como participante una sesión de ideación. Sin preliminares y con unas condiciones que para una mujer como yo, de cronotipo vespertino, no son las mejores para generar sinapsis y aportar al equipo.
Por eso, cuando me toca facilitar, intento darle algo de vidilla al proceso. Para empezar, siempre explico eso de que los procesos para idear tienen dos partes, la primera divergente y la segunda convergente (si esto ya os lo sabéis saltaros unos cuantos párrafos y entrad directamente en las actividades/dinámicas). En la primera parte, se trata de sumar, de cantidad, de soltar por nuestras boquitas. En la segunda parte, llega el momento agrupar, sintetizar, priorizar y consensuar cuál será la idea-solución final. Como el espacio es limitado y el tema de la ideación da para varios posts, en este solo hablaré de la parte 1.
Algunas de las normas que ayudan a que esta fase sea exitosa son las siguientes (si tenéis más, sumadlas en los comentarios, sin vergüenza):
- El foco de las ideas se tiene que centrar en las personas y el reto (que en ocasiones se nos va la pinza y se nos olvida de dónde viene esta fase).
- Lo que importa es la cantidad.
- Ideas locas son welcome.
- Creación de un clima de confianza, de escucha activa y comunicación asertiva.
- Los juicios de valor se quedan fuera (bien calladitos).
- Es posible (y deseable) aplicar el efecto trampolín, donde construimos ideas con ayuda de las ya existentes.
- Acompañamos la presentación de cada idea con un dibujillo (cutrillo).
- Consensuamos cuántas dinámicas y/o repeticiones queremos implementar que alienten la divergencia. También podemos establecer un número mínimo de ideas que tienen que aparecer.
Con estas pautas ya compartidas, empezamos a calentar motores. Para ello siempre inicio con algunas actividades de animación neuronal o de calentamiento. Aquí de lo que se trata es de que nos pongamos en modo idear, así a lo loco, sin filtro. Para ello los ejercicios procedentes del teatro y más concretamente del mundillo de la improvisación dan mucho juego. Dos ejemplos de este tipo de actividades son:
- En parejas o por tríos ir hilvanando una historia alternativa, relacionada con una película o libro conocido, donde cada persona solo puede decir una palabra.
- A partir de dos palabras random generar todo tipo de productos. Imaginaos que podría salir de la combinación higiene + caca = Eau de Cloaca🤯
Aprovechando el ritmillo que ya tienen en la cabeza las personas participantes, llega el momento de aplicar la/s dinámica/s seleccionada/s. Como tengo memoria de Dory, intento dejar siempre listos todos los materiales que se van a poner en juego en función de la técnica elegida.
Y aquí es donde nuestros amigos los buscadores nos facilitan la vida y no sabéis cuánto. Dinámicas hay miles, así que tendréis que echar mano de aquellas con las que os sintáis estupendamente llevándolas a la práctica y que os permitan conseguir el objetivo que buscáis. Que sí, que os dejo algunas de las que yo meto de vez en cuando en mis facilitaciones, para que no veáis que no voy de boquilla:
DINÁMICA 1 – Ideas animadas: os comparto los pasos que yo sigo (en modo telegráfico) por si la queréis llevar a la práctica esta dinámica:
- Determinad el reto sobre el que queréis idear.
- Dividid el reto en palabras o atributos.
- Asociad a cada palabra o atributo una imagen.
- Escribid ideas que conecten los diferentes dibujos y palabras que habéis escrito.
- Id agrupando las ideas similares para generar después una idea resumen.
- Si os bloqueáis podéis tener preparados unas imágenes predefinidas.
DINÁMICA 2 – Flor de loto: en siete pasos la tenéis más que lista:
- Identificad el reto sobre el que necesitáis obtener ideas.
- Dibujad una margarita con un número de pétalos que vaya entre 4 y 8.
- En el centro, escribid el reto que habéis definido o una palabra que lo sintetice.
- En los pétalos, editad palabras o acciones asociadas al reto central.
- De cada uno de los pétalos, dibujad una nueva margarita (sub margarita), donde incluyáis en cada pétalo nuevas acciones.
- De cada sub margarita, priorizad la/s idea/s más destacada/s o viable/s.
- Intentad relacionar las ideas anteriores procedentes de cada sub margarita.
DINÁMICA 3 – Técnica de contraste: esta dinámica es de esas que con cinco cositas de na la tenéis a punto de caramelo:
- Definid, en equipo, lo que se desea mejorar o el reto que queréis conseguir.
- Buscad información, identificad y reflexionad sobre las carencias que se encuentran en vuestra actividad, proceso, servicio, proyecto, etc.
- Anotad en un papel, físico o virtual, en una columna vuestros descubrimientos.
- En la columna opuesta, escribid todos los componentes que permitirían superar cada una de las necesidades que habéis detectado.
- De este modo, iréis puliendo una solución que contenga unos elementos concretos muy definidos.
DINÁMICA 4 – Bazar de ideas: lo confieso, esta es una de mis dinámicas preferidas. Salen ideas a cascoporro siguiendo estas seis acciones, palabrita de la niña jesusa:
- Individualmente, seleccionad un par o tres de objetos que tengáis a mano.
- Tened presente el reto que queréis abordar.
- Observad los objetos y otorgadles propiedades, implícitas o explícitas, reales o imaginarias.
- A partir de la combinación de las propiedades anteriores, generad soluciones.
- Compartid las soluciones personales con vuestro equipo.
- Tras la presentación de cada una, proponed evoluciones de dicha solución o soluciones nuevas.
DINÁMICA 5 – Dados ideadores: y como no podía ser de otra manera, tenemos los míticos dados con dibujillos que podemos comprar o crear con papel y rotuladores en función de nuestras necesidades (ej. escribiendo palabras vinculadas al reto o dibujos ligados al contexto). Versiones en la nube de dados hay unas cuantas. Aquí la cosa es sencilla, escogemos con qué dados jugamos, cuántos tiramos y damos tiempo para generar X número de ideas. Un ejemplo in situ, ¿qué ideas se os ocurren para que os elijan para dar las campanadas del 2022? Tirad los dados y compartid vuestras ideas. A ver a quién vemos este año en el balcón de la Puerta del Sol de tiros largos.
Cuando ya contamos con 380380400934803843 ideas o más, llega el momento de priorizarlas. Y aquí las dinámicas son de lo más variopintas. Encontraréis desde aquellas dirigidas por la dedocracia o la dictadura del dedo (se escoge esta porque yo lo valgo) o la vozcracia (quién más se impone con su voz en el equipo es quién se lleva la idea que quiere a su terreno); a otras caracterizadas por la fluidocracia o el laissez faire. Pero, concretando, yo prefiero aquellas donde tenemos la oportunidad de consensuar unos criterios que facilitan la vida a la hora de seleccionar la idea-solución que estamos buscando.
Las tecnologías para desarrollar las diferentes dinámicas que aquí he dejado pueden ser analógicas o digitales. Entre las primeras encontramos los pósits de toda la vida, los folios, los rotuladores de colores, las pegatinas de diferentes colores, formas y medidas (de esas que predominan en las aulas de educación infantil), las lanas variadas, etc.
Entre las segundas mi preferida por su sencillez es Jamboard (la pizarra virtual de Google). También podemos echar mano de otras pizarras como Miro, Mural, Padlet o Classroomscreen, entre las más conocidas. Y qué me decís de Coogle o Draw.io, desde donde podemos crear un mapa mental en el que además de aportar las ideas, conectarlas, clusterizarlas y redefinirlas. Pero no lo olvidemos, un sencillo documento o presentación compartida, donde dejemos claras las pautas a seguir, también nos facilita la vida a la hora de idear, ahí lo dejo.
Continuación de la saga Ideando con convergencia en el 2022🧐
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