Parto de una premisa en lo que vas a seguir leyendo a continuación. La consultoría, como servicio profesional de asesoramiento, tiene muchísimas ramificaciones. Aquí me refiero a una potencial formación en consultoría entendida desde una lógica artesana, es decir, con unas determinadas señas de identidad, prácticas y valores. Además, y de forma más específica, me refiero a un tipo de consultoría orientada a la transformación de personas y organizaciones, con un aporte metodológico y una dedicación al proyecto de cambio que permita conseguir resultados (transformaciones) no solo a la finalización del acompañamiento, sino durante el propio proceso.
Formación en consultoría orientada a la transformación de personas y organizaciones… ¿por qué?
Hay proyectos de consultoría artesana que solo requieren del desempeño de una sola persona, pero muchos otros necesitan de un equipo amplio de profesionales. Tengo colegas que no buscan ni aceptan proyectos de una envergadura mayor a la de sus propias posibilidades. Y cuando el proyecto que lo requiere supera sus propias posibilidades, acuden a su red de colaboradores externos.
En mi caso, sin embargo, busco, encuentro y ejecuto proyectos de cierta magnitud, en los que es necesario un equipo de profesionales de diferentes ámbitos para poder desarrollarlo adecuadamente. Para ello necesito estabilidad en la colaboración, por lo que requiero de cierta estructura organizativa. Y por eso tengo una empresa, algo que implica que no solo yo asuma los principios de la consultoría artesana, sino que estos mismos se desplieguen por cada una de las personas que colaboran conmigo.
Mi empresa va creciendo progresivamente, con 8 personas en plantilla y varios colaboradores casi permanentes, y todo hace indicar que para el último tramo de este mismo año voy a necesitar más colaboración cercana, tanto de incorporación en plantilla como de profesionales colaboradores en red. Con esta realidad, me doy de bruces con una realidad: es complicado encontrar en el mercado laboral jóvenes profesionales que tengan predisposición genuina por la consultoría y que aporten, además, cierta autonomía profesional en un plazo razonable. Y hablo de consultoría en un modo genérico. Si profundizamos en que esta consultoría debe incorporar un carácter artesano, ya ni te cuento.
Desconozco si mi experiencia es extensible a otr@s colegas del gremio que estén en una situación equivalente. Para mí sí tendría sentido un programa de formación para ejercer profesionalmente en la consultoría, artesanalmente entendida, desde el cual poder establecer colaboraciones para proyectos temporales o, quién sabe, conocer personas con las que poder construir colaboraciones que impliquen un mayor recorrido.
Formación en consultoría orientada a la transformación de personas y organizaciones… ¿Cómo sería?
Voy a dejar un esbozo bastante incompleto de aspectos a los que considero que debería responder esta formación.
Bloque A: Conocimientos y premisas de la consultoría artesana para la transformación
- ¿De qué y de quién se distancia la consultoría artesana?
- Transformar hacia qué. Management tradicional vs humanista. Implicaciones del acompañamiento a partir del propósito de cambio y la cultura imperante.
- Las barreras legítimas hacia el cambio desde las subculturas, guetos e inercias singulares de la organización.
- Transformación y cambio en la sociedad del espectáculo: ¿cómo hacer un asesoramiento honesto y profundo a la vez que adaptado a la narrativa contemporánea?
- Transformación colaborativa, o por qué es más sencillo abrazar el cambio cuando somos partícipes y protagonistas del mismo.
Bloque B: Herramientas y recursos técnicos de la consultoría artesana para la transformación
- Cómo poner las problemáticas y las personas en el centro.
- Herramientas de ideación y prototipado de proyectos colaborativos.
- Tácticas para la facilitación presencial. Recursos para la facilitación online.
- Colaborar y conversar en remoto de forma ágil y productiva.
- Recursos para hacer resonar los proyectos que lo necesitan.
Bloque C: Recursos personales específicos de la consultoría artesana.
- Vivir en la incertidumbre.
- Vivir en los límites de la incoherencia.
- Vivir el tiempo.
- Vivir con respeto radical hacia las personas.
- Pensamiento crítico y por qué conviene no dar nunca nada por sentado.
Ni están todos los temas que se deberían tratar, ni tienen por qué ser estos los más adaptados a la finalidad. Tampoco creo que sea posible diseñar un programa “varita mágica”, que solo por atravesarlo te convierta en consultora artesana. Tan solo es un esbozo. La cuestión es que un programa, al menos con este esqueleto, propiciaría una formación orientada a la maduración sosegada de actitudes y capacidades a través de las cuales las personas participantes estarían mucho más preparadas para asumir una colaboración cercana con cualquiera que practique la consultoría artesana. Y, por qué no, estarían también más preparadas para iniciar un proyecto personal, propio, de consultoría artesana.
La última pregunta que me hago, y dejo la respuesta para quien quiera responderla, es:
¿Tiene sentido un programa de formación en consultoría artesana?
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A mí particularmente me parece una conversación muy interesante esta que propones, Nacho. Evidentemente hay, al menos, dos planos: uno que tiene que ver con las prácticas, las herramientas, las metodologías, y hay otro que tiene que ver con la actitud, con el posicionamiento en la relación cliente-proveedor. Además, me parece que hay que pensar en una deontología propia de la consultoría artesana porque me temo que la «profesión» en general pasa por tiempos convulsos (como tantas otras cosas, claro).
De momento, me quedo con la propuesta que haces: a ver si poco a poco le damos una nueva vuelta a esta «vieja» idea de disponer de un programa de formación en consultoría artesana.
Gracias, Julen. Así, es.
Hay dos planos diferenciados y pienso que ambos son necesarios, si realmente existe voluntad de formar a personas en esto que llamamos consultoría artesana.
Ahora mismo «solo» tenemos una «mera» adhesión (que no es poco), pero me resulta muy sugerente poder dar un paso más hacia la formación, con el ánimo de compartir y hacer crecer la red, desde la cercanía y la profundidad que representa un programa formativo.
Esto no es más que un esbozo y una invitación a pensar juntos y, si acaso, una excusa para avanzar 🙂