Desde hace ya algunos meses, estoy en modo oreja abierta y sinapsis activas para ver qué dinámicas/técnicas de diferentes ámbitos del conocimiento alejados (a priori) de la consultoría se podrían transferir a esta última.
Mis pesquisas dieron con una técnica que aunque tiene su base en la psicología positiva de esa dura que dice que “sí quieres lo puedes todo o casi todo”, concreta este querer en una serie de acciones, dependientes de cada persona, que tienen que permitir llegar a una meta bien acotada.
La profesora Gabriele Oettingen, después de realizar múltiples estudios (que la llevaron a escribir Rethinking positive thinking y un gran número de artículos académicos), acabó de definir este método sistémico para incrementar la motivación, que han puesto en juego atletas como Michael Phelps, y que se conoce popularmente por el acrónimo WOOP.
- W = Wish = Deseo
- O = Outcome = Resultado
- O = Obstacle = Obstáculo
- P = Plan = Plan
Las siglas en español DROP significan “soltar”, pero bajo mi punto de vista marquetiniano lo de WOOP suena mejor y vende más, pero ahí Juanjo Brizuela es el que tiene que decir la última palabra.
Dejo por aquí el paso a paso de cómo adapto y traslado esta técnica a la hora de concretar las actividades relacionadas con una iniciativa específica individual (de la índole que sea). ¿Quieres participar en la práctica? Si es que sí, busca papel y bolígrafo, físico o virtual, y prepárate porque empezamos:
- Paso 1 = Piensa en el proyecto/iniciativa que quieres llevar a cabo. Visualízalo en tu cabeza.
- Paso 2 = Responde a esta cuestión: ¿cuál es tu mayor deseo actual relacionado con tu proyecto? Y sí, solo puedes elegir uno y que sea retador y relevante para ti. Intenta que sea un deseo que puedes alcanzar hoy mismo o como mucho, a un mes vista. Define tu deseo de manera muy concreta. Échale un par de neuronas para establecer cómo sabrás que lo has conseguido.
- Paso 3 = Con tu deseo en mente, ¿cuál sería el resultado óptimo derivado de poder alcanzarlo? ¿Cómo te sentirías tras alcanzar dicho deseo? Visualiza el impacto positivo que su consecución tendría en ti y en las personas a las cuales impactase, tanto directa como indirectamente.
- Paso 4 = Ahora responde a esta pregunta, ¿qué obstáculo concreto e interno (es decir, que te estás poniendo tú) te impide poder alcanzar tu deseo? Igual los obstáculos te salen como champiñones, pero solo puedes quedarte con uno. Piensa en algunos criterios que te puedan ayudar a seleccionar por cuál te decantas. También puedes considerar tus sentimientos, tus creencias o tus malos hábitos como posibles causantes de tus obstáculos. ¡Mírate por dentro objetivamente!
- Paso 5 = A partir de tu obstáculo, ¿qué tres acciones tienes que llevar a la práctica mañana o a corto plazo (una semana) para conseguir superarlo? ¡MUY IMPORTANTE! ESTAS ACCIONES SOLO DEPENDEN DE TI (para que luego no saques balones fuera, que nos conocemos). Si tus acciones son de gran envergadura, las puedes dividir en subacciones más pequeñas, pero intenta que, como máximo sean tres y, ¡no sobrepases los tres niveles de profundidad! Una vez tengas tus acciones sobre la mesa, revisa si existe un orden en las que las tengas que implementar.
Estas acciones constituyen tu mini-plan de acción que tiene que adoptar el formato: “si experimento este obstáculo/cuando perciba este obstáculo XXX, entonces tengo que hacer YYY” (si recuerdas tus clases de inglés estaríamos con el tema de los condicionales: if… then…).
¿Qué tal ha ido la experiencia? ¿Has podido transitar entre tu deseo y tus acciones sin dificultad? Ahora ya sabes, en primera persona, que diseñar y actuar desde el deseo suena bien y, por si esto fuera poco, es posible.
Cuando ya tengas tus acciones enriquécelas con todo lujo de detalles, es decir, ponles fecha (puedes hacer uso de tu agenda física o virtual o de alguna tecnología de gestión de proyectos y tareas como Trello; por aquí te dejo un videotutorial actualizado por la Miquel de Emorganizer, por si quieres experimentar), dales una descripción breve y concisa, anota los recursos que vas a necesitar para desarrollarlas, indica cómo sabrás si has realizado la acción de manera óptima, etc.
Para que veas que no soy egoísta, por aquí te dejo una posible variante de la aplicación de WOOP. En ocasiones, hago que las personas definan sus tres o cuatro deseos en paralelo y que después los vayan desarrollando uno a uno. Así, consigo que desde ese campo de deseos, cada persona pueda identificar dependencias o prioridades que se trasladarán a las acciones establecidas.
Y como no podría ser de otra manera, te dejo un ejemplo-plantilla, enmarcado dentro del ámbito de la facilitación en contextos formativos, concretamente en un máster, sobre el uso de WOOP.
¡No olvides el hackear! Esta es mi manera particular de trasladar WOOP a mi práctica de consultoría en contextos formativos, pero si a ti se te ocurren otras formas de hacer, escribe sin vergüenza y compártelas más abajo, por favor.
¡Sigo en modo transferencia de dinámicas al contexto artesano!🧐
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Anita, sin duda creo que el WOOP funciona mejor: es el acrónimo original, tiene muchísima sonoridad y creo que se queda mejor.
Me encanta la herramienta.
Besotes
¡Ya sabía yo, Juanjo! Ahora a seguir buscando herramientas eficaces con nombres cool. También sigo con la búsqueda. Ahí nos compartimos hallazgos. Eskerrik asko por el comentario. ¡AbrazoT! 🙂