Los recursos digitales son especias (algunas de ellas gratuitas) que, bien combinadas con los recursos analógicos pueden hacer de nuestro quehacer profesional una experiencia sabrosa. Pero para ello, es importante que “dulcifiquemos” nuestra aproximación a las tecnologías. Aquí os dejo algunos “consejillos” (fruto de quemarme las pestañas o los dedos a la hora de seleccionarlas en más de una ocasión) que espero os ayuden a endulzar vuestro proceso integración de profesional de los recursos tecnológicos.
- Deberíamos preguntarnos qué necesitamos realmente, es decir, que recursos de la web, aplicaciones, extensiones, etc. nos facilitan la vida (y en qué sentido). De estas, es importante que valoremos cuál es nuestro nivel de dominio técnico (esto es, si nos defendemos o no cuando las tenemos delante y les sabemos sacar partido).
- En el caso de tener que aprender una nueva tecnología buscar recursos de calidad que seguramente haya por la red e ir invirtiendo algunos minutos por aquí y por allá (aprender de golpe suele provocar indigestiones y abandono de la tecnología).
- Tendríamos que conocer qué tecnologías utilizan las personas con las que vamos a colaborar y, a su vez, saber a qué tecnologías tienen acceso y si disponen o no de tiempo para formarse en el uso de alguna.
- Sería bueno verificar el idioma de la tecnología que queremos (y echar mano de un diccionario si es necesario).
- “Cacharrear”, probar, darle clic a diferentes secciones de la pantalla… sin miedo ¡ayuda! a ir cogiendo confianza y aprendiendo del error. Si tenéis un/a amigo/a un poco tech es el momento de recurrir a él/ella con un buena merienda.
- Preguntar a otros/as consultores/as para saber qué utilizan, cómo lo hacen y cómo les va. Aplicar el “boca a boca” con gentes de confianza.
- Armarse con unas cuantas dosis de paciencia para dedicarle amorosamente un tiempo a familiarizarse con las tecnologías (tener a mano un buen té o café puede ayudar en este proceso).
- En la mayoría de ocasiones, una herramienta sencilla y con las funcionalidades justas que necesitamos nos saca el trabajo divinamente. No hace falta que recurramos a soluciones más sofisticadas (casi siempre más caras y con funcionalidades que muy probablemente no vayamos a utilizar de manera asidua).
- Mantenerse fit-tic, esto es, en forma con las tecnologías: leer, ver, indagar un poco e identificar a personas, blogs, perfiles a los que seguir, no intoxicarse (como la trufa… una pizca de conocimiento sobre tecnologías pero sin empalagar).
A continuación, os comparto cinco categorías que me van bien en mi quehacer entre los fogones:
Categoría 1 – Gestión de la información: aquí incluyo tecnologías que me permitan estar informada sobre lo que otros profesionales y organizaciones a las que sigo, comparten a través de sus redes (ej. Twitter, páginas en Facebook, sitios web como blogs o páginas, etc.). Meto en este saco los lectores de noticias (o feeds) como Feedly o las alertas de Google. Además, para tener cada cosa en su lugar, configuro un escritorio en Symbaloo con aquellas webs o RSS que consumo asiduamente. Aquí también entran los discos duros virtuales (la nube donde guardo documentos, presentaciones, etc.). Yo empecé con Dropbox pero ahora, estoy 100% metida entre las fauces de Google Drive.
Categoría 2 – Edición colaborativa: donde integro servicios que me permiten trabajar tanto sincrónica como asincrónicamente con compañeros/as y clientes. Por su facilidad de uso y fama Google Drive me saca de los apuros. Entre sus servicios cuenta con la producción de documentos, presentaciones (que ofrecen una visión en modo presentador/a que ayuda mucho y también la posibilidad de que el público te remita preguntas asociadas a diapositivas concretas) y formularios (que puedes convertir en autoevaluables) (entre otros tipos de archivo) que puedes compartir, otorgando diferentes tipos de permisos (ej. permitir solo comentarios o dotar de total impunidad para modificar todo, todo y todo). En este sentido, y por si se nos escapa algún “dedazo” algunas de estas tecnologías cuentan con historial de versiones que nos permite recuperar el trabajo en caso de desastre total. Para no extenderme, os dejo el enlace al Centro de Aprendizaje de G Suite donde podréis aprender sobre todo, todo y todo lo que se cuece con los servicios de Google más populares.
Categoría 3 – Gestión de proyectos/prototipos: (porque una necesita ordenarse y en ocasiones, las servilletas de papel no dan para tanto). Desde hace ya algunos años hago uso de la versión gratuita de Trello. La curva de aprendizaje es hiper-corta-rápida. Es posible distribuir cada proyecto en listas y estas, a su vez, en tarjetas. Aplicar metodologías como GTD (echarle un ojo a este sitio, del consultor José Miguel Bolívar, por si queréis saber más del tema) o Kanban, son 100% compatibles con este servicio. Os comparto un mini-tutorial por si os animáis a probarlo entre viajes.
Categoría 4 – Organización del tiempo: categoría en la que incluyo el Calendar de Google (y muy especialmente la lista de Tareas). Cuando los momentos de estrés se elevan a n, suelo integrar alguna extensión en mi navegador (llevo ya tiempo con Chrome) como TrackingTime, que me ayuda a saber a qué dedico mi tiempo. También, en esos momentos, donde no veo el día, me configuro un Pomodoro para que me avise en los momentos críticos en que mi espalda y mi mente piden un coffee break.
Categoría 5 – Comunicación: tanto sincrónica como asincrónica (viendo caras, escuchando o compartiendo pantalla). Ya sabéis que sin el “bla-bla” con fundamento los proyectos o prototipos o ideas no acaban de materializarse. Las tecnologías de esta categoría me permiten estar en pantalón de pijama y chanclas mientras presento una propuesta y encima me ahorro unos “dinerillos” del viaje que me tocaría haber dado. Normalmente, las videoconferencias las llevo a cabo con Hangouts Meet (ideal si tienes correo asociado a Gmail y Calendar activado, ya que por cada evento que planifiques tienes la opción de asignar una URL, de manera automática, de acceso a la reunión virtual, que todas las personas a las que invites al evento podrán visualizar; además te permite compartir pantalla y utilizar un chat de texto, para que no nos dejemos nada sin comentar de un modo u otro). Zoom también se está abriendo un hueco y cómo no, el Skype de toda la vida. Los dos últimos servicios los utilizo en su modo gratuito y web.
Para momentos “especiales” en los que me piden algún entregable en formato algo más sofisticado o cool, es hora de echar mano de algunas tecnologías que permiten generar imágenes, vídeos o presentaciones interactivas, líneas de tiempo, mapas mentales enriquecidos (donde es posible insertar imágenes o enlaces para completarlos/ampliarlos), newsletters (o el boletín de toda la vida), vídeo tutoriales con captura de pantalla (en la lengua de Shakespeare se conocen como screencasts), etc. Entre las tecnologías que yo meto en este paquete, por su facilidad a la hora de manejarlas (con un nivel de usuaria decente), destaco: EdPuzzle (para vídeos), Canva (para el diseño de contenidos visuales), Genial.ly (para editar multitud de formatos interactivos), las extensiones Nimbus y Screencastify (para grabar screencasts desde el navegador), Kahoot y Mentimeter (para presentar a partir de la respuesta a preguntas que brinda la audiencia) y Mailchimp (para hacer llegar boletines).
Compartir la receta del éxito en el uso de las tecnologías es quizás un secreto que tiene mil amos/as. Cada una/o de nosotras/os posee su particular cocina “enriquecida” y personalizada en función de sus preferencias, conocimientos, necesidades, demandas, tiempos, etc.
Y dicho esto, ¿quién de vosotros/as se atreve a ponerse el delantal y compartir una tecnología con su uso o una experiencia de utilización de las tecnologías en su particular cocina de consultor/a artesano/a? Soy toda ojos y oídos para meter (con criterio) más servicios tecnológicos, extensiones y funcionalidades varias en “mi puchero” profesional.
P.S. Yo no me caso con ninguna herramienta tecnológica (ni pretendo convertir a nadie) así que, cada una/o aderece sus categorías con aquellas que “más gusto le den”.
La lista puede hacerse larga, pero no hay duda de que las tecnologías están ahí para ayudarnos a hacer las cosas mejor. Una curiosidad: en mi caso, ¿sabes qué uso en vez de Symbaloo? Un documento editado en Word y almacenado en DropBox en formato HTML. Cuando abro el navegador (soy, sobre todo, de Firefox) es una de mis pestañas fijas. Me permite llevar un control de enlaces habituales, todo a mano y en forma cutre, que tengo que presumir de ser de margen izquierda, aquí en el Gran Bilbao 😉
Gracias por el repaso. Siempre conviene escuchar a una experta como usted, joven.
Besas y besos.
Maestro Julen,
Aquí cada maestrilla/o tiene su librillo.
Cada persona sabe de sus costumbres y necesidades así que, que cada cual alimente su sed de tecnologías con aquellas que mejor le sacien.
Eskerrik asko x el comentario!
#abrazismos
Hola Ana,
genial artículo. Veo que nuestras respectivas cajas de herramientas tienen mucho en común. Pero me anoto algunas interesantes que desconocía, como Genial.ly.
¿Sabes la que echo mucho de menos en ese listado? Evernote. Creo que Evernote es mucho más que una herramienta. Es la puerta a un nuevo paradigma de organización personal y colectiva (en su versión Business). Además, y de momento (hasta que Notion coja cuerpo), en mi opinión no tiene alternativa que esté a su altura.
Saludos
¡Hola Rafa!
¡1000 gracias por tu comentario!
¡Sí! Evernote es una de las que se me quedó en el tintero. Tiene un potencial desbordante y soy consciente de que es una de las tecnologías que más condimenta el trabajo de muchas/os.
La guardo en mi notebook para sacarle un «especial» en breve.
¡Nos leemos+vemos+hablamos desde la nube!
¡Feliz miércoles!
aNa