Este viernes pasado inauguramos unos encuentros en nuestra Red de Consultoría Artesana #REDCA en los que compartir experiencias de trabajo. Se trata de un formato muy simple: fueron tres exposiciones con un pequeño debate posterior mediante una reunión vía Zoom. Todo ello en algo menos de dos horas. Esta es una idea que surgió en uno de los últimos talleres. Nos definimos, también, como una comunidad de práctica. Así pues, parece natural que compartamos proyectos y experiencias porque de esa forma aprendemos.
El primer webinar de transferencia, que es como llamamos a estos encuentros, nos dio la oportunidad para que Nacho Muñoz, Asier Gallastegi y Juanjo Brizuela compartieran su saber hacer. Nacho nos presentó la forma en que utilizan miro.com en proyectos que implican participación de colectivos amplios. Asier se centró en mostrar cómo usa mentimeter para interactuar con quienes participan en un taller. Juanjo centró su presentación en torno a la manera en que gestionamos la relación con nuestros clientes o potenciales clientes.
Los dos primeros casos evidencian el paso adelante que todas hemos dado con la pandemia. Al ser mucho más complicada la presencialidad ha habido que recurrir a herramientas digitales. Juanjo, aunque enfocó su presentación por otro lado, acabó también por comentar su experiencia con Notion, otra herramienta que ha descubierto en tiempos recientes. ¿Este tipo de herramientas digitales han transformado las posibilidades de nuestro trabajo artesano en consultoría? Desde luego, si no lo han hecho, nos han descubierto un potencial que hasta ahora quedaba sepultado por la rutina del contacto físico directo, tan poderoso que parecía incuestionable.
Nacho nos explicó miro.com desde una perspectiva muy sencilla y potente. Él y su equipo siempre han trabajado con paneles de diverso tipo en los que volcar las aportaciones de quienes participan en un encuentro. Hay que dinamizar las contribuciones y esto tiene que ver en gran parte con construir soportes físicos mediante los que vehicular las aportaciones: pósits de colores que viajan al lugar correspondiente de un mural que irá reflejando la construcción colectiva de conocimiento. Siempre había sido así. Funcionaba. Entonces, ¿por qué cambiar?
En esto, claro está, llegó la pandemia. Y donde antes había un panel físico ahora hubo que buscar un panel digital. En palabras de Nacho (más o menos), «una pared muy grande, digital, con una profundidad inmensa». Lo que en el medio físico impone una restricción por tamaño, en el digital salta por los aires. Así que miro.com le permite jugar con paneles inmensos, pequeños y grandes a la vez, con detalle y perspectiva global. Todo ello con una interacción dinámica espectacular en la que una gran cantidad de personas pueden participar al mismo tiempo. La herramienta, miro.com, lo permite. Eso sí, parece fundamental el diseño previo del panel.
Si antes en una sala podíamos trabajar el número que permitiera su espacio, ahora esta limitación salta por los aires. Insistimos, eso sí, es cuestión de diseño. La herramienta exige un trabajo previo para facilitar las aportaciones. Este es el arte, el de antes y el de ahora. Cada encuentro es una oportunidad para generar el soporte adecuado. Pero, claro, siempre con la posibilidad de reutilizar trabajo anterior. En este caso miro.com trae de serie un buen número de frames para comenzar a trabajar, pero no cabe duda de que el objetivo marca la plataforma desde la que trabajar.
Asier, por su parte, como decía, nos explicó cómo trabaja con mentimeter. En un taller hay que cuidar la interacción con quienes participan. Tenemos que provocar, hacer que sus neuronas se vuelvan juguetonas, que nos den pistas de por dónde va su punto de vista y cómo hacerlo evolucionar. Esa calidad y calidez que buscamos en la interacción se traslada (también) al smartphone. En este caso mentimeter proporciona un código para acceder a una réplica de lo que quien coordina el taller va exponiendo. Mediante diferentes formatos se van lanzando pequeños trabajos que hay que completar. De repente, responder a un cuestionario con una escala tipo Likert o aportar una o varias palabras que definan una situación se convierte en un juego en el que vemos cómo se va construyendo el punto de vista colectivo.
Mentimeter, en realidad, sirve para un trabajo con y sin presencia física. La herramienta nos facilita el feedback inmediato de quienes participan. Sabemos lo que piensan y lo sabemos rápido, a medida que vamos avanzando en la dinámica de la reunión. Se trata de que la información fluya rápido y en un formato amigable. La experiencia de uso cuenta. Ya veis, lo de siempre, pero digitalizado. ¿Por qué? Porque la pandemia nos obligó a ello.
En fin, creo que estos dos botones de muestra son suficientes. Lo que surgió del taller se ha compartido vía Notion. Otra más a la saca. Juanjo y Ana Rodera lo están usando con asiduidad. Una herramienta que se ha popularizado en los últimos tiempos por su versatilidad para compartir contenido de diverso tipo dentro de un equipo. Todo esto, miro.com, mentimeter o Notion son herramientas que, aunque existían previamente a la llegada del bicho, han ganado cuota de atención por las restricciones de contacto social. Son eso, herramientas, no lo olvides. Pero también son aprendizajes por necesidad, un potente predictor de éxito.
Quizá haya a quien le cueste naturalizar estos nuevos modos de relación mediados por la tecnología. Sin embargo, bien podríamos pensar en que se están convirtiendo en prótesis culturales, al estilo de la forma en que lo entiende Roger Bartra. Son extensiones de nuestras capacidades fisiológicas. Nos sirven para buscar calidad y calidez en las relaciones interpersonales. ¿Demasiado simple y demasiado bonito? El tiempo nos dirá. De momento escuchar cómo Nacho o Asier las están usando fue un verdadero placer. Seguimos aprendiendo. Como humanos. Como profesionales de la consultoría artesana.
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Muy buen resumen, Julen. El taller bien diseñado y gestionado por Manel, desde un rol facilitador que dio bastante juego a la improvisación, y tres presentaciones de gran utilidad. Ante tu pregunta de si este tipo de herramientas digitales han transformado las posibilidades de nuestro trabajo artesano en consultoría; yo creo honestamente que sí, en la medida de que abren a un montón de posibilidades nuevas. Esto lo dice uno que no es un buen ejemplo de esto, que está ahora poniéndose al día, pero viendo a mis compañeros hacer lo que hacen, siento que estas herramientas permiten hacer cosas que antes eran imposibles.
Pues nada, Amalio, a aprender sobre estas nuevas tecnologías, no queda otra 🙂
La verdad es que fue un lujo de taller. No conocía las herramientas que presentaron Nacho y Asier: Miro y Mentimeter. Tampoco Notion, de la que hablaron Ana y Juanjo. Ya he empezado a trastear con más profundidad y la verdad es que me encantan. Me van a ser muy muy útiles.
La reflexión que nos trajo Juanjo sobre las relaciones con nuestros clientes/as o “colaboradores/as” también me pareció muy interesante… Pena que no tuviéramos más tiempo. Me gustaría retomarlo en otra ocasión. Es un tema que me interesa mucho y me gustaría profundizar.
Has hecho un magnífico resumen Julen. Eskerrik asko a ti por ello y al resto de compañeros y compañeras por hacer posible el taller (especial mención a Manel por su gran labor organizándolo)
Sí, Naiara, este tipo de presentaciones dan pie a trastear, sobre todo cuando ves cómo las usan en proyectos en los que no queda sino tirar de tecnologías. Diossss, cuánto queda por descubrir jejeje.
Me quedo sobre todo con la presencia y el interés práctico en cada un= de nosotr=s. Si nos damos cuenta, básicamente seguimos intentado que nuestras formas de trabajar acerquen personas, fomenten relaciones y sobre todo que nuestro papel siga siendo facilitador y sobre todo «algo novedoso» con lo que hacemos; con herramientas digitales, con reflexiones como la que traté de aportar, o con lo que hacemos como siempre.
Simplemente el hecho de profundizar en ello nos hace un poquito mejores cada día
Buen resumen Julen
Pues eso, que las tecnologías nos ayuden a acercarnos como personas. La verdad es que el arsenal disponible tiende a infinito. Por esa parte me da un poco de miedo. Pero, desde luego, viendo cómo las usáis, casi parece imposibles decirles que no 😉